martes, agosto 29, 2006

PERCEPCIÓN


"La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz." (Mat.6:22.)

Tengo la sensación de que el sufrimiento y gozo son producto de mi percepción. De que el mundo que tengo frente a mí cada día no es más que una ilusión; que vivo bajo el hechizo de maya. Si comprendiera que el mundo no es como lo pienso sino porque lo creo como lo pienso, cuan distinta sería mi “realidad”. Si mis ojos (conciencia de ser), aquellos que le pertenecen a mi espíritu, no estuvieran imbuidos de tanto miedo, tristeza y odio, cuan distinto sería mi mundo. Si advirtiera que la luz divina habita en mí y que me fue dado el don de ser el arquitecto de mi propio destino y, por lo tanto, creador de mi “realidad”, cuan distinta sería mi vida. Si entendiera que una minúscula paja en mis ojos (conciencia) es suficiente para oscurecer el resto de mi cuerpo (templo del alma), buscaría cada día mantener su brillo cristalino. ¡Cuantos desacuerdos he tenido con mi hermano porque no he sido capaz de percibir su “verdad” con amor! ¡Cuántas guerras, que sin ser mías, he luchado porque mi “verdad” es distinta a la suya! ¡Cuántas batallas más habré de librar en nombre de mi importancia personal! ¡Cuántas más serán suficientes, hermano! ¡Cuándo aprenderé de la mirada de un niño, despojada del juzgador implacable y crítico cruel que se ha vuelto carcelero de la mía! ¡Cuándo!
Si el mundo que creo "real" se trata sólo de la forma en que lo percibo, ¿entonces para qué he acumulado tantas cosas que simplemente no podré llevar conmigo el día que lo abandone? Tal vez estaba equivocado y no sea tan "real". Quizá sea un buen momento para retirar la viga de mis ojos y comenzar a "mirar, pues, que la luz que está en mi no sea tinieblas" (Lucas 11/36). Quizá hoy hace un buen día para comenzar a edificar tesoros en el cielo, aquellos que alimentan mi alma y que podré llevar hasta el fin de los tiempos conmigo “porque donde esté mi tesoro, ahí también estará mi corazón” (Mateo 6/21). ¿Qué dices, hoy decidimos ser felices?